Me entrego al mundo que te envuelve y se me escapa,
a la nostálgica sonrisa de tus labios,
a tu dulce y nítida mirada,
a esa luz que irradia tu semblante,
a tus contadas palabras...
Amo tu amor por imposible
mientras sigues ajena a mi voz
que en tu desierto clama.
Quiero seguir amándote en silencio,
pues, a pesar del vacío
de tu ignorada ausencia,
prefiero vivir con la sospecha incierta de que me amas
y aferrarme a la duda de flores deshojadas
que frustrar mi anhelo
resignándome a tu fría indiferencia.
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