28/3/11

Ill dolet vere, qui sine testi dolet

El caballero al fin entablo combate mortal con el dragón, el estaba ya cansado, cruentas batallas con el propio dragón y sus semejantes le habían dejado malherido...

Pero el final llego, una rápida batalla, golpes certeros a la par de mortales dignos de ambos contendientes se sucedieron en aquel lúgubre lugar.
El caballero finalmente venció al dragón pero con un precio: con sus ultimas fuerzas las garras del dragón desgarraron el pecho del caballero tras lo cual desapareció en una nube de ceniza y humo...
Tiempo después con las heridas prácticamente curadas el caballero no podía dejar de pensar en las aventuras que para bien o para mal había tenido con el dragón... Mientras se hundía en sus pensamientos atisbo una silueta que le resultaba extrañamente familiar.
Unas enormes a la par que bellas alas acompañadas de su elegante cola y esa extraña aura de humo... ¿El dragón había vuelto? ¿Volvería a ser todo como antes? ¿Cabía tener esperanza? Estas preguntas solo hicieron que el caballero se diera cuenta de una cosa: La vida sin el dragón nunca seria lo mismo

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